Una pareja puede acudir a terapia por problemas tales como:
falta de comunicación, desacuerdos, discusiones frecuentes,
conflictos en la educación de sus hijos, celos, dificultades
sexuales, etc.
Una vez que se pone de manifiesto cual es la dificultad por la
que atraviesa la relación, se establecen las estrategias que
para cada caso concreto sean las más adecuadas.